AMMEV es gris.

Artículo escrito por Victor Saadia

14 Mayo 2025

Si bien el morado surge de mezclar rojo con azul, y el verde del azul con amarillo, el gris es el color que más directamente asociamos con una mezcla. Quizá porque, en nuestra cultura, no hay dos polos más opuestos que el blanco y el negro.

Para muchos, el gris es feo. No tanto por su tono, sino por lo que representa: nos cuesta vivir en la escala de grises. Nos incomoda no poder clasificar. Nos urge decidir si algo —o alguien— es de un lado o del otro.

En la Asociación Mexicana de Medicina de Estilo de Vida (AMMEV), también nos cuesta. Pero elegimos quedarnos en el gris.

  • ¿Son veganos o también defienden la proteína animal?

  • ¿Sus congresos están basados en evidencia o se privilegia la experiencia?

  • ¿Por qué le llaman “congreso” si también se siente como un retiro?

  • ¿Van ahí a sanar, a conectar, a aprender… o a cerrar alianzas para sus negocios?

  • ¿Los conferencistas son médicos, o coaches que creen que con un curso ya saben todo?

  • ¿Los asistentes son profesionales de la salud, o público en general?  Y si son doctores, ¿son los “serios” o los hippies que  olvidaron lo que aprendieron en su carrera y residencia?

  • ¿Son un club cerrado de medicina del estilo de vida, o también aceptan profesionales integrativos o funcionales?

  • ¿Cuál es su postura sobre los psicodélicos? ¿Y sobre las vacunas?

  • ¿Por qué invitan a sociólogos, arquitectos y directivos de grandes empresas?

  • ¿Esto es para mejorar mi consulta privada o para volverme influencer y dar cursos de cocina?

En AMMEV sabemos que sería más fácil elegir blanco o negro. Nos permitiría vender boletos más rápido, y encajar dentro de las categorías reconocidas del ecosistema de salud. Sería más cómodo para que cada quien decida si esto “le pertenece” o “no es para él”.

Pero no es así. Y no es así por diseño.

Porque desde el inicio, sabíamos que somos muchos los que no terminamos de encajar. Que las categorías tradicionales ya no representan ni nuestra práctica profesional, ni resuenan con nuestra vida personal. Y que, en lugar crear una nueva caja, ¿por qué no abrir un espacio donde entren todas?

AMMEV es un contenedor de historias. Un laboratorio vivo donde la diversidad de trayectorias genera nuevas narrativas sobre lo que la salud puede ser. No solo en consultorios: también en escuelas, calles, gobiernos y empresas.

Sabemos que, para que el cambio sistémico suceda, no basta con tener la única razón. Hay que convocar y articular a todos los actores del sistema.
No para negar lo existente, sino para reunir lo que la tecnificación y la especialización separaron: salud y medio ambiente, ciencia y cultura, medicina y economía.

Porque hoy, ni siquiera los profesionales de la salud se entienden entre ellos. La sobreespecialización ha creado islas. Las ciencias sociales, económicas y ambientales están separadas de la clínica, y entre ellas mismas. Se han creado muchas saludes, cuando en realidad es una sola: la del suelo, la del individuo y la de la comunidad.

¿Por qué no puede existir una categoría que nos vea en todas nuestras dimensiones? Como paciente, médica, mamá, consumidora, ciudadana y
buscadora de salud mental y existencial, todo al mismo tiempo.

¿Por qué el médico solo puede habitar espacios donde se le invita su intelecto, pero que le empuja a disociarse de su cuerpo y de su experiencia
subjetiva?

¿Y por qué todo esto no puede estar basado en evidencia científica, sin que se le tache de esotérico o ingenuo?

La AMMEV ha encontrado algo inusual en el mundo institucional, cultural y científico: sus fundamentos no contradicen ninguna gran narrativa. Ni la religiosa, ni la escéptica, ni la experiencial.

  1. Estilo de Vida: nutrición, movimiento, manejo del estrés, sueño, adicciones, relaciones.

  2. Perspectiva Sistémica: volver a unir lo que se ha fragmentado y simplificado.

  3. Ciencia: todo lo que compartimos está basado en evidencia. Entendemos que la evidencia también es histórica, contextual, sujeta a revisión. La buena ciencia se distingue por sus preguntas, sabiendo que también en la calidad y alcances de la evidencia existe un espectro de grises, y que toda respuesta abre paso a preguntas más complejas. Ser científicos no es lo mismo que ser dogmáticos.

¿Quién puede refutar que el bienestar se construye sobre estos tres pilares?

Hoy, la AMMEV no quiere ofrecer respuestas cerradas. Es un espacio que necesita de la discusión para evolucionar. Que se fortalece en el desacuerdo y se expande con la diferencia. Tal vez esa es una las definiciones de Salud. Tal vez esa es una de las definiciones de ciencia. 

La AMMEV sabe que fundamentarse en estos tres pilares es un gran privilegio. Y por eso, también es su responsabilidad mostrar que la confusión que alguien tenga respecto a la AMMEV es por diseño y no por omisión, por falta de responsabilidad o por ignorancia.

En este gran mundo de la salud —hecho de microbiomas, células, políticas públicas, creencias culturales, productos de consumo, traumas colectivos, glutaminas, acceso a hospitales, contaminación electromagnética, ejercicio feliz, agua limpia, mitocondrias, racismo estructural y pantallas—, ¿de quién te vas a enriquecer más? ¿Del que piensa igual que tú o del que habita otro punto del gris?

Contigo, estamos co-creando la comunidad a la que queremos pertenecer.
Si ya existiera, no estaríamos haciéndola.
Si ya existiera, el sistema de salud y la epidemia de enfermedades crónicas serían otros.

La AMMEV no es el cambio. No dictará políticas públicas ni reunirá millones para hacerlo.
La AMMEV es el espacio donde nos encontramos quienes queremos transformar. Persona a persona, idea a idea, proyecto a proyecto, paciente a paciente. De adentro hacia afuera. De abajo hacia arriba.

El gris es nuestro signo de madurez.
Es la puerta a categorías más amplias, ciencias más complejas y comunidades más reales. 

Gracias por tu valentía. Gracias por tus dudas. Gracias, incluso, por tus juicios.

AMMEV: Estilo de vida, perspectiva sistémica y ciencia. Todo esto entre preguntas y abrazos de todos los colores.